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lunes, 22 de septiembre de 2014



  SANARSE  CON  LA  DANZA  DEL  VIENTRE CONSCIENTE

 
La “danza del vientre”, la cuales orígenes sagradas son menos famosas de su actual utilizo como espectáculo sensual y provocador, es terapéutica cuando es trasmitida como  meditación en movimiento gracias a sus pasos asociados y simétricos junto a vibraciones, ondulaciones, a las técnicas de respiración, al enraizar los pies a la tierra, a la apertura de los brazos hacia las energías del cielo, a los juegos de improvisación y a la experiencia con el grupo.
Como afirma la escritora Casilda Rodrigañez “detrás de la famosa ‘danza del vientre’ está, aunque nos la hayan ocultado, la danza del útero. Quizá no lo hayan relacionado con el parto, pero en zonas remotas de Arabia Saudí, la mujer que está de parto se ve rodeada de mujeres que bailan la danza del vientre ‘hipnotizándola con sus movimientos rítmicos ondulantes para que ella también se mueva a favor del cuerpo en lugar de moverse contra el’”.
La danza del vientre tiene un origen muy antiguo, sus movimientos recuerdan a los de los astros, círculos alrededor de un eje central, movimientos que imitan la procreación y el parto, actos mágicos y sagrados. Por eso, esa danza pertenece a las mujeres del mundo porque trabaja con todo el cuerpo de la mujer pero en especial con nuestras caderas, nuestros úteros y suelos pélvicos, nuestras partes más sagradas que permiten que la vida sigue su curso. Gracias a esa danza femenina volvemos a reconciliarnos con nuestro vientre honrando a la Mujer, como Diosa que se manifiesta aquí en la tierra. Entonces además de ser una danza ancestral es muy actual porque nos ayuda a integrar el cuerpo femenino en nuestras vidas modernas y atareadas.
Considero, como psicóloga clínica, la Danza del Vientre Consciente una Danza Sagrada y también  una terapia corporal, porque a través de juegos o ejercicios nos podemos dar cuentas de nuestros bloqueos mentales y/o emocionales, que muchas veces tienen orígenes en nuestra infancia. La nuestra es una “existencia encarnada”, eso significa que es muy importante conocer nuestro cuerpo y saber que la vivencia corporal está muy ligada a la mental. Cuando activamos y soltamos el cuerpo respirando y sintiéndolo verdaderamente, podemos calmar la mente y ayudarla a producir nuevos pensamientos, más armónicos y sanos.
La verdad me siento muy afortunada de compartir mi experiencia y conocimiento con las mujeres, todas muy diferentes, pero cercanas al mismo tiempo. Amo este trabajo porque me llena de alegría y fuerza ¿será la gran cantidad de oxitocina, hormona del amor, que liberamos al estar juntas? Cada día es un gran aprendizaje humano y profesional, porque cada sesión es diferente y muchas veces depende de los humores del momento y de la energía del grupo. Siento un amor natural por cada una de las participantes, me gusta ver como disfrutan danzando, me hace feliz observar cómo van liberando sus cuerpos y como se quieren cada vez más. Realmente, para mí, es un círculo de amigas donde mi papel es acompañar el grupo y cuando es necesario algún proceso individual. Me encanta ayudar a que cada una florezca con su belleza más natural. En definitiva cada una somos el reflejo de la otra, incluso se puede manifestar la sombra…la cual invitamos a danzar también.
Para mí es una práctica simple pero profunda al mismo tiempo, es una invitación a querernos tal como somos y a expresarnos con más libertad. Es una oportunidad para volver a “poseer” nuestro cuerpo de mujer que hoy en día está dominado por médicos, ginecólogos, televisión, moda etc…
Tengo una invitación para todas nosotras:
¡Dancemos en círculo de mujeres para volver a gozar de nuestro cuerpo sagrado y darnos a la Luz a nosotras mismas como mujeres nuevas, alegres y amorosas!

Sofia Cricchio, psicologa clínica con orientación holística, maestra certificada de danza del vientre según el método sarabi, consteladora familiar, actualmente especializándose en psicoterapia gestalt


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